NUEVA VIDA
Berta
se levantó realmente contenta ese día. El sol la despertó al colarse a través
de las rendijas de la persiana, pero no le importó a pesar de lo temprano que
era. Sabía que el día iba a ser muy especial para ella y estaba feliz. Ya no
había marcha atrás, la decisión estaba tomada y por fin, su vida cambiaría para
siempre. Se miró en el espejo y sonrió al pensar en lo que iba a hacer.
SUEÑO CUMPLIDO
TULIPANES
Desde
que tenía uso de razón le encantaba escribir. Tanto, que toda su vida había
deseado convertirse en una novelista famosa. La afición le venía de su padre,
siempre ambos con un libro en la mano. Su asignatura favorita, por supuesto, la
literatura. Se conocía la vida y obras de decenas de escritores a los que
admiraba, incluso había tenido la oportunidad de conocer a alguno.
Pensó
en lo que acababa de sucederle, pero aún no era capaz de asimilarlo. La
presentación de su primer libro. Se pellizcó para asegurarse de no estar
soñando. El acto, las entrevistas con los medios y sobre todo los nervios, la
habían dejado agotada, pero estaba más feliz de lo que nunca hubiera imaginado.
Después de todos los libros leídos a lo largo de tantos años, por fin le había
llegado el turno a ella.
Escribir
la novela no le había costado demasiado, exceptuando el dolor de cervicales por
las cientos de horas delante del ordenador. Pero eso ahora no le importaba lo
más mínimo, solo pensaba en su libro y se moría de ganas de que todo el mundo
descubriera lo que con tanta ilusión había plasmado en aquellas hojas.
TULIPANES
El
mensajero dejó la caja delante de la puerta, tocó dos veces el timbre y se marchó
sin ser visto. Esas eran las instrucciones del cliente. La destinataria abrió
la puerta y, a pesar de no ver a nadie, recogió el paquete y, confiada, lo
abrió. Era un ramo de tulipanes, exactamente igual que los últimos cinco años
en esas fechas. «Ha llegado la primavera», pensó. Y no pudo evitar sonreír.
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