lunes, 17 de abril de 2017

Reseña "Patria" de Fernando Aramburu

Título: “Patria”
Autor: Fernando Aramburu
Páginas: 642
Publicación: septiembre 2016 (Tusquets Editores)
Género: Narrativa

Tengo que empezar esta reseña diciendo que “Patria” es un libro brutal. No pensé lo mismo cuando lo empecé, es más, por la forma en la que está escrito creí que no me iba a gustar. Pero no podía estar más equivocada, según he ido avanzando en las páginas le he ido cogiendo el gustillo a la peculiar manera en la que está escrito. Al menos es curiosa para mí, que nunca había leído nada parecido. Pero está escrito muy muy bien, con lo cual no puedo decir otra cosa más que que merece mucho la pena.

Autor
El autor es Fernando Aramburu, escritor vasco –concretamente guipuzcoano– de 58 años. Estudió filología hispánica y durante un tiempo ejerció de profesor de español en Alemania, donde lleva viviendo algo más de treinta años. Actualmente se dedica a la escritura, habiendo publicado algunos libros de relatos y varias novelas, trabajos por los que ha obtenido diversos premios. Una de sus novelas, “El trompetista del Utopía” fue llevada al cine con el título “Bajo las estrellas” en el año 2007. Patria no es el primer texto con en el que ha tocado el tema del conflicto vasco –escribió una colección de relatos sobre las víctimas de ETA en 2006 y la novela “años lentos” en 2012– aunque sí el que más éxito está cosechando.

Resumen / Sinopsis
El libro trata sobre la vida de dos familias de un pueblo de Guipúzcoa. Una de ellas, con posibles, es víctima del impuesto revolucionario y, más tarde, del terrorismo de ETA. La otra, más modesta, vive el ingreso de uno de sus hijos en la banda terrorista. Dos familias que fueron muy amigas en tiempos pasados, pero sin relación en el presente, distanciadas por una misma circunstancia pero por motivos muy dispares.

Opinión personal
Como ya he dicho al principio de la reseña “Patria” me ha parecido brutal. Tengo que describirlo así por la sensación de satisfacción que se me ha quedado al terminarlo, impresión que no he tenido demasiadas veces con otras novelas. Creo que no es fácil quedar cien por cien conforme con un libro. Pues bien, con este me ha pasado. Y eso que cuando lo empecé pensé que estaba escrito de una forma tan rara que no me lo iba a terminar.

El autor mezcla narración en tercera persona con primera, con pensamientos de los personajes, lo que me chocó bastante. Al principio me costaba entender el sentido de algunas frases, pero tardé poco en cogerle el tranquillo a ese estilo. A todo se acostumbra una. Un par de ejemplos: “Y ella, ay, que vieja me estoy haciendo, volvió a mirar la calle y el taxi ya se había perdido de vista”, “Una de las que no fue al funeral, de las que no le dio el pésame, de las que dejaron de saludarnos cuando empezaron las pintadas”. Frases como esa son comunes en todo el texto y, lo que al principio me resultó algo incómodo, al final se convirtió en una de las principales motivaciones de la lectura. Otra curiosidad es que Aramburu mezcla el tiempo presente con el pasado. También fue algo que me sorprendió, no estoy acostumbrada a leer así. Un ejemplo, en el que en la primera frase narra en pasado y en la siguiente, en presente: “Y con las mismas servilletas de museo, (…), se limpiaba el Txato hace más de veinte años la grasa de los dedos. Se desprenden del arroz los últimos hilos vaporosos. Bittori sirve a Xabier”.

El libro tiene 642 páginas –por este lado perfecto porque me encantan los libros largos– y 125 capítulos, la mayoría cortos, de cuatro o cinco páginas. Esto siempre me gusta, ya que puedo dejar de leer cuando quiera sin dejar un tema a medias. Normalmente se habla del mismo tema o persona durante varios capítulos seguidos. El asunto de los personajes es algo que quiero destacar. Me ha gustado no ver uno o dos protagonistas principales, si no que a todos les ha dado similar importancia y más o menos les dedica el mismo tiempo. Al final se me ha quedado la sensación haber conocido por igual a cada miembro de las dos familias. Esto no me parece fácil, la verdad. Mantener el suspense durante todo el texto y dar emoción a la historia de todos los personajes debe de ser algo complicado, y Aramburu lo consigue, sin duda.

“Patria” está escrito –a ratos– de un modo bastante coloquial. El autor utiliza expresiones corrientes y un lenguaje muy cercano. Por ejemplo: “(…) seguimos siendo militantes, cagüendiós (…)”, “Era domingo y soplaba un cierzo que te morías”, “Hace ya la tira de tiempo que no ve a sus sobrinos (…)”. Pienso que cuando lees así te metes mucho más en la historia, ya que cualquiera de nosotros podemos hablar igual y es fácil que nos sintamos identificados. Incluso algunas veces parece que el narrador es el propio lector, ya que da un dato o cuenta una cosa e inmediatamente después pregunta algo que se podría cuestionar el lector. Un ejemplo: “Hacía tiempo que no se veían. ¿Cuánto tiempo? Qué importa. Dos, tres semanas”. Lo más normal hubiera sido poner “hacía dos o tres semanas que no se veían”, pero escribiéndolo como lo ha hecho Aramburu creo que hace sentir al lector parte del relato, mucho más integrado en la novela. Esta forma de narrar podría hacer pensar que es un texto de andar por casa, sin gran calidad, pero es todo lo contrario, el autor ha sabido mezclar perfectamente la sencillez de un lenguaje cercano, fluido y fácil de leer con un texto de una calidad notable. Además, hila perfectamente los muchos temas que trata y mantiene el suspense durante prácticamente todo el libro, no me he aburrido en una sola de sus páginas.

En resumen, una novela recomendable al doscientos por cien, con la que he descubierto una forma de narrar desconocida para mí hasta ahora y que me ha cautivado. Además, tiene otro punto a favor que es que, tratando un tema nada fácil de abordar, consigue poner al lector en la piel de personas muy enfrentadas ideológicamente. Pienses como pienses, puedes llegar a comprender e incluso a sentirte identificado. Merece mucho la pena leer este libro. Sin duda voy a buscar otras novelas de este autor.