martes, 29 de abril de 2014

Relato: Por ella

En cuanto terminé de desayunar recogí los pocos cacharros que había ensuciado y eché un vistazo rápido a la casa. Daba asco vivir allí. Aunque no tenía ganas, me obligué a volver al trabajo. Después de haberme pasado toda la noche en vela —apenas había dormido un par de horas —, lo que menos me apetecía era seguir con lo mismo. Al cansancio físico se unía un horrible dolor de cabeza que me acompañaba desde hacía tres días y parecía resistirse a dejarme en paz. Me sentía muy harto de vivir encerrado en aquel mugriento piso que la organización me había asignado, pero no me quedaba otro remedio, estaba recibiendo mucha presión por parte de mis jefes y la recompensa era demasiado grande como para abandonar ahora, justo cuando estaba a punto de finalizar el encargo. Me planteé que quizá esa fuera la última vez que aceptaba un trabajo así, aunque probablemente a mis jefes no les gustara mi decisión, pero tenía que empezar a pensar en mí. Y sobre todo debía pensar en ella, hacía tanto tiempo que no la veía, que no hablábamos, que empezaba a no recordar cómo era su voz. Ella no tenía ni idea de dónde estaba ni de lo que había estado haciendo el último año, la organización nos tenía prohibido revelar cualquier dato relacionado con el plan, ni siquiera a los familiares más cercanos. «Deseo que tengamos un hijo», me dijo el día me marché, justo antes de despedirnos, suplicándome con la mirada que volviera lo antes posible. Yo, con los ojos llorosos, le di mi palabra de que tardaría menos que la última vez. Antes incluso de terminar de decírselo ya sabía que esta vez tampoco cumpliría mi promesa. Quizá lo que pretendía era convencerme a mí mismo. Dejé de pensar en el pasado y puse todo mi empeño en terminar cuanto antes el trabajo que me habían encargado. Ya solo deseaba volver a casa, junto a ella. Tendríamos el hijo que me pidió hace un año cuando nos vimos por última vez. En ese momento lo decidí, este iba a ser el último crimen que cometería. Por ella, y por nuestro hijo.